Se acerca el invierno. El corazón me palpita frenético, y casi alcanzo a escuchar el tuyo bombeando, bajo los bramidos que profieren a nuestra espalda los pútridos caminantes blancos, lindando la euforia, abrazando el éxtasis místico. Los miembros que les restan desgarrados, la piel entre pálida y cerúlea, hecha jirones, los menos a caballo, los relinchos roncos y los huesos recubiertos de escarcha al descubierto. Agarras mi mano. Los guantes de azabache se entrecruzan, y nuestras capas como sombras en la noche se aferran la una a la otra en un abrazo de bruma.
Los búhos ululan nerviosos. Les estremece el hedor de la muerte. Las huestes de la invernada nos alcanzan, puedo sentir su pérfido aliento en la nuca, se tropiezan los unos con los otros, caen y vuelven a alzarse, persistentes en su caza, blandiendo desde ramas hasta agujas y mazas forjadas en la lejana Valyria, en tiempos de la Danza de Dragones. En mala hora somos presa, blanco de un millar de ojos desencajados. Los dos, otrora cuervos, cazadores en la noche. Hombres juramentados entregados al sacramento del honor, guardianes de los siete reinos, escudo contra la Noche Eterna, roca que hiende y deshace las altas tormentas. No tengas miedo, intento decirte, mis mandíbulas paralizadas por el frío. No tengo miedo, dicen tus ojos fulgiendo arrojo. Pero no se cantan canciones a los necios, así que gimoteas, meas los calzones y apuras una plegaria a tus Viejos Dioses. Los Otros se los lleven, arcianos, rostros sin orejas. Maldito hipócrita, me digo, y derrotado rezo por mi vida.
Y como una tempestad de nieve, frío y acero, el invierno cayó sobre nosotros.
Reblogueó esto en Yo Mujery comentado:
Que hermoso lo que escribes
Aquí empieza mi guardia…
Más bien, aquí termina jajaja 😉
Una entrada con mucha fuerza, esta inmensa, tiene un movimiento trepidante, casi gte obliga a leer con prisa. Me ha gustado.
Gracias! Que bueno leer cosas así de vez en cuando 🙂
Coincido con junupros, es como si rodáramos por una ladera y nos define su final.
Fuerte!!
Grazie mille! Es exactamente lo que buscaba. 😉
Bua qué paranoia xD Casi hasta siento los copos de nieve caer y el gusto de agüilla en la boca!!
No sabes lo que reconforta oír eso. Era justo lo que pretendía, crear el ambiente de frío y angustia. Por comentarios así merece la pena seguir escribiendo.
Gracias!
Triste, melancólico… con mucha fuerza poética. Me gusta leer prosa poética.
Y a mi escribirla. Y que te guste aún más. Se agradecen muchísimo este tipo de comentarios.
Estuve antes por tu blog y también me gustó, tiene entradas muy interesantes y grandes poemas.
Si te ha gustado este agradecería que leyeses este otro que me publicaron esta semana en otro blog, toda visita se agradece. http://blog.the21.es/donde-los-monstruos-se-esconden-desde-berlin-con-malicia/
Muchas gracias por pasarte y un saludo!